Esas grandes desconocidas… Las mujeres
Efectivamente unas grandes desconocidas… pero para ellas mismas. De todos es bien sabido la dureza, fuerza, responsabilidad personal y familiar de la mujer. Pero, ¿qué pasa con ese “conocimiento emocional” del que se me ha dicho siempre que cada una controlaba, y que nadie me ha llegado a poder explicar? Es curioso
He podido sentir en mis carnes los múltiples cambios o mutaciones en cuanto a necesidades emocionales, afectivas o porque no decirlo sexuales. Esto desconcierta un poco al personal masculino.
1º- Como mujer debes cuidarte, sin importar la altura, edad o peso. Siempre un hombre verá muchas de sus propias carencias y motivaciones reflejadas en ti. Tú eres su ejemplo.
2º- Debes de conocerte lo suficiente para saber que eres estupenda, porque así lo demuestras por tu naturaleza sensible, y creértelo cuando te lo digan. Es el conocimiento de ti misma, ante esas expresiones de los hombres, el que te debe motivar a conocer sin prisas las intenciones de quien te lo dice.
3º- Conócete a ti misma y descubre, pero de verdad, que el mundo y la vida no solo gira en torno al amor. No permitas que se genere una dependencia emocional o sentimental. Tú eres lo importante y tienes que ser tú misma con tu individualidad. Los hombres sólo debemos ser tu complemento. Eso también nos gusta y al que no le guste es que es posesivo, y no vale para la vida en pareja.
Con respecto a este último punto parece ser, por los seres humanos hombres que conozco y son muchos, que cuanto más promiscuos son parece que más encaprichados están y mas posesivos o celosos son. Es tan curioso que en alguna ocasión he conocido a hombres que incluso han compartido conmigo algún problema grave económico. Al preguntarles por el motivo me he quedaba helado al contestarme que, sin saber porqué iban asiduamente a algún club de alterne y fijaros que al comentar si es que no paraba de tener relaciones sexuales, me decían que no era por eso, sin saber porqué solo hablaban toda la noche, eso si, previo pago de las copas correspondientes ya que necesitaban que ellas no estuvieran con nadie más.
Hay que empezar a conocerse bien, porque quizá solo vemos en la otra persona un complemento que disfrazamos de amor, y al final dentro de nosotros algo nos cambia y empieza a ser sólo un problema más en la vida.
Por defecto, mujeres y hombres no nos conocemos nunca, y nos mentimos a nosotros mismos durante gran parte de nuestra vida sentimental.
El hombre se miente a si mismo convencido de que la dureza y la prepotencia unido al alcohol y el “machotismo” volcado por desgracia en la convivencia, es la solución a sus propios problemas. La mujer nunca acaba de creerse que su hombre pueda ser así o dicho de otro modo, no quiere creérselo ni lo ve hasta que ya todo personalmente se desmadra. A ver a quién no le ha pasado de alguna forma algo de esto, por eso siempre seré ligeramente escéptico a quien dice que se conoce.
Estemos atentos pues y seamos respetuosos con nosotros mismos cuando decimos que estamos enamorados o sentimos amor por alguien. Si con el tiempo hay pasión (y eso se ve a la legua) en dos direcciones, y ambos admitimos la creación de esos cimientos con todo lo que conlleva eso… ¡mi enhorabuena! estáis enamorados dos seres humanos que os conocéis a vosotros mismos y ya no tenéis necesidad de mentiros. Por fin habéis descubierto que el amor esta lejos de las malditas pasiones como son los celos, la posesión, la prepotencia, el “machotismo” o el maltrato emocional feminista que en muchos casos hacen que un hombre honesto pierda el sentido de la propia vida y su autoestima
El acostumbramiento y el conformismo
Necesitamos estabilidad, pero las prisas y a veces la apatía en la búsqueda del “todo”, nos hunde el las sombras del “me puede valer”.
¿Amistad después del amor?
Hoy escribo esto desde el más profundo dolor de mi corazón. Quiero dejar constancia para que no se me olvide este sentimiento dentro de mi alma. El hecho de que por la pasión que entiendo que alguien muy importante en mi vida ha sentido hacia mí, tenga que desembocar en la ruptura de esa amistad.
Escribo por todo lo que me cuentan y comparto con las mujeres, pero también en este caso como hombre tengo que expresar la necesidad de la profunda reflexión ante el reconocimiento de mi confusión, cuando pensaba que, aunque haya amor por una de las partes, de una forma u otra se podría mantener la amistad.
Pero fijaros que curioso que las mujeres con las que ya he compartido este revés, sacan la conclusión de que tenía que estar con mi ego y mi autoestima por las nubes ante la prueba de que puedo ser objeto de enamoramiento. Pues no, y quiero romper una lanza por tantos y tantos hombres que pese a estas declaraciones se sienten igual de mal que yo.
Yo me he hecho varias preguntas sobre la pasión. ¿La pasión tiene medida? ¿La pasión es solo un sentimiento provocado por la dependencia emocional? ¿La pasión es el fruto del tedio y la soledad emocional que en muchos momentos tenemos al carecer de pareja? ¿Cuanto dura la pasión?
Se me ha dicho en alguna ocasión…”yo me llevo estupendamente con mi ex y somos más amigos que antes”. Vamos a ver, ¿y quién te dice, si ni te da frío ni calor, que lo que sentiste o sentisteis juntos, era amor?
La pasión
Hablo de la pasión sentimental, pasión de amor, pasión por lo que representa alguien y sientes que te aporta, no por la persona en sí. Esa pasión que pocos conocen porque de nuevo la confundimos muchas veces y seguimos engañándonos a nosotros mismos.
Voy a ser el primero en reconocer que en mi corta pero intensa trayectoria, he sido captado por las tinieblas del enganchamiento sentimental o porqué no decirlo, emocional. Como ser humano, asumo que para las mujeres los hombres carecemos de sentimientos profundos, o de ese don “sentimentaloide” que desde siempre se les ha concedido a las mujeres.
Hay temas tabúes que han sido muy difíciles de tratar con mis queridas desconocidas. Si se me ha ocurrido decir que el hombre tiene sentimientos y que podemos vivir una pasión más allá de la que sentimos por el fútbol, las cervezas en el bar o la contemplación babosa de mujeres llamativas, poco menos que me han dilapidado cual vulgar ramero bíblico, si se me permite la expresión, pues para mi el género es lo que menos importa; sólo los hechos cuentan.
La soledad
¿Y quién no ha estado solo hasta en compañía?Al final parece que la soledad que más nos molesta y nos produce ese vacío que nos provoca pesadillas, nos da miedo y nos hace llorar sin sentido aparente, es la sentimental. ¡¡“Manda huevos”!!…como decía el señor Trillo. Nos encerramos en estereotipos de vida y no sabemos inventar, con esa imaginación que teníamos de niños, algo para llenar ese sentimiento. Si la mitad de la imaginación que nos desborda para fastidiar al prójimo de mil y una formas emocionales, la dedicáramos a desarrollar la inventiva personal, muy burros deberíamos ser para no llenar ese sentimiento con positividades, alegrías, esperanzas, deseos, pasiones y cómplices descubrimientos de nuestro fabuloso entorno cercano.Habitualmente, parece que mis grandes desconocidas sólo intentan encontrar la mitigación de ese sentimiento de vacío con los hijos, en las amigas más íntimas y en actividades puntuales que solo aplacan de momento ese sentimiento: los fines de semana que pueden los dedican a beber, cuando habitualmente no lo hacían, a conocer a hombres que carecen de sentido y degeneradamente degradados como tal, a mantener relaciones sexuales por hastío o sencillamente por el “Ah, eso que se lleva mi cuerpo” Nuestro cuerpo no sé lo que se llevará, pero tu falta de respeto por ti misma hace sufrir y padecer a quienes te quieren. El daño ocasionado por esos comportamientos es tan terrible para ti y quienes te rodean como podría serlo la adicción a las drogas.
Los hombres (normalitos se entiende) en nuestra soledad, buscamos en una mujer nuestras propias carencias y nos encontramos con “seres humanas” con más de lo mismo que nosotros.
La simplicidad
¡Qué complicados somos…! Una frase que se repite mucho en ese pequeño apartado para poner tus citas preferidas en los programas de mensajería es, “qué bonita es la simplicidad”.
Yo creo que el hacer simple nuestra vida es un acto de fe. Las palabras salen fáciles, pero los hechos y nuestra creencia de que a ciertas edades no podemos cambiar es errónea.
Los hombres vivimos de diferente manera el intento de simplificar nuestros sentimientos y el comienzo de una relación. De nuevo aparece el instinto “machotista” cuando algo aún no se entiende y caemos en un estado de pasotismo ante ello.
La mujer es especial. Es la esencia pura de la absorción de sentimientos y actitudes incomprensibles del hombre. La fortaleza de la mujer es increíble para todo. Asume desde el primer momento sus responsabilidades, analiza en forma de rebobinado frases, miradas y actitudes del hombre. Pero la mayoría de mujeres las cotejan con relaciones anteriores o sentimientos encontrados que, sin saber porqué, jamás han intentado valorar con reflexión para eliminarlos de su forma de ver o vivir la vida.
El miedo al compromiso
Al hombre se le juzga y condena a llevar el cartelito del “no al compromiso”. En la mayoría de los casos, y más en los hombres separados con niños, es más precaución que miedo. Si es miedo, es un miedo al comportamiento de las antiguas parejas que no les permiten un poco de paz o estabilidad. Lo habitual, desgraciadamente, es que las relaciones con ellas estén cogidas como con pinzas y acabe deteriorándose más. Lo que toda mujer debe de entender en estos casos, es que por razones de fuerza legal y emocional el hombre tiene las de perder siempre. Por cierto, me ha llamado poderosamente la atención el cinismo de las mujeres que utilizan el presunto miedo al compromiso, ya que ellas mismas tienen firmes a sus ex maridos. Estoy cansado de oír decir a esas mujeres lo poco que les importa su ex, y ver su reacción cuando los ven con otra mujer: “Fíjate qué pronto se ha buscado la vida” (y puede haber transcurrido más de un año desde su separación) En el interior de mis queridas desconocidas nace un sentimiento de envidia ante la libertad de vida que tenemos los hombres al no tener la custodia de los niños (cosa que no se nos ocurre pedir pues el NO judicial es siempre parcial y por decreto mediático y político) .
La transición del hombre: de diablo a ser humano
Siempre he pensado que en el momento que una mujer utiliza la palabra machista se convierte automáticamente en feminista. Lo más reflexivo que he oído sobre este tema en boca de una gran mujer es que ella no quiere la llamada igualdad. El ser equiparada a un hombre es un sentimiento de nuestra propia valoración. Se siente como mujer muy superior a los hombres… ¡Impresionante! Y no lo digo por decir, es muy cierto.
Pero no quiero tocar en este momento las diabluras o las santidades de las mujeres, en este momento sólo me apetece crear un agujerito por donde las mujeres puedan entender el entorno de un hombre para convertirse a mi famoso “machotismo”, y por otro lado, como y de que manera el “hombre diablo” puede llegar a convertirse en ser humano.
Si esta visión por ese agujero, libre de ideas preconcebidas, consigue que un hombre se vea reflejado y se dé cuenta de lo que se está perdiendo, bien está. Si esa visión la recibe una mujer y sirve para saber de que forma tiene que luchar contra su enemigo y el de su hombre, también me sentiré muy feliz.
Desde que nacemos el entorno nos marca. Hasta nuestras propias madres empiezan a discriminarnos indistintamente del sexo. La ropita azul para los nenes y la rosa para las nenas. “¡Vive Dios!”¿Cómo vas a ponerle un jersey rosa al niño? ¡Lo vas a “amariconar”!. En el parque se oye constantemente: “No juegues con chicos, son unos brutos”. Si un niño juega a pillar con las niñas se le marca como un “nenazas” y las niñas cuando se cuentas sus cosas y sentimientos callan cuando se acerca un niño diciendo que eso sólo son cosas de chicas.
A partir de aquí imaginaros el resto. En los hombres que han cursado estudios universitarios se les nota menos, pero en la intimidad del corrillo o la tertulia entre amigos el “machotismo” fluye como en cualquier otro.
La infidelidad. Sacrificados todos por algo que se hace con una mujer y parece que ellas niegan
¡Vaya tema! Y vaya problema si nos lo preguntan a los hombres por las presuntas estadísticas de nuestra mayor debilidad en este aspecto. Pero como es una visión de “sapo”, no me cuadran muchas cosas.
Si les preguntas a las mujeres, ya sabéis la respuesta. Ninguna lo es. ¿Con quién somos infieles entonces?
No tengo más remedio que someter al tercer grado a los hombres, al infiel. Debo de saber la verdad. Y debo de saber la verdad porque por mi ignorancia pensaba que por cada unidad que lleva incorporado el cromosoma XY en esa fase de infidelidad tiene que haber otra con un cromosoma XX. Evidentemente mis respetos a los que en esta reflexión, los cromosomas son iguales y sufren lo mismo.
Dejando aparte la ironía y la sutileza de las frases anteriores, quiero ir a la profundidad de la infidelidad en sus diferentes aspectos y comentar también el orden de importancia que se les dan a todas ellas.
Quiero echar una mirada al cómo nos podemos ofuscar en un sentimiento muy parcialmente estereotipado y que nos hace olvidar, ya puestos, otros que nunca se hablan o pensamos que no existen. Y lo digo porque somos así de “machotistas ignorantes” y mujeres (a mi parecer) demasiado supervaloradas a nivel del conocimiento psicológico de su pareja.
Espacio, libertad e independencia… Las claves de la felicidad tan difíciles de asumir
En mi deambular por los portales de encuentros, con el fin de entablar una amistad, me ha llamado la atención el gran número de mujeres casadas que están en ellos.
Miro con buenos ojos esta ventana a un mundo exterior que permite en el poco tiempo libre que les queda, como a las demás, poder charlar un rato con otras personas y comentar muchas inquietudes que con su pareja o entorno en principio no podrían.
El sistema es, básicamente, que un amigo te agrega a su lista y accedes a compartirlos. Se entiende que utilizando bien este sistema, la gente que encuentras es sana, respetuosa con tu vida y tu relación, haciendo que valga la pena, intercambiar correos y saber más de ellos.
Quizás este mundillo virtual pueda ser de ayuda para algunas parejas que sienten la monotonía o la represión de sus inquietudes intelectuales o personales.
Son parejas que viven en ese cariño tan especial con sus “respectivos” y las redes sociales les permiten respirar un poco de complicidad en las facetas de su vida, que de otra forma sería muy complicado cubrir.
¿Qué es lo que queremos cuando deambulamos por las redes sociales?
¿Se vuelven las mujeres más exigentes? ¿Hasta cuando esa persistencia en tener a ese alguien ideal?
Hombres y mujeres no quieren lo mismo obviamente, pero después de cuatro años de escuchar, ver, oír y entender, mi impresión es que cada pauta de comportamiento viene marcado por los años que se pueda ir llevando el tener o no pareja, o las frustraciones en cualquiera de sus facetas, por exceso o por la falta de ellas.
El denominador común en mujeres y hombres es lo que sintieron y necesitaron ambos, cuando desde muy jóvenes decidieron la incursión en el supuesto amor. Sentir la constante excitación del momento, de gustar a los hombres y estos mismos de sentirse hinchados de vanidad al conseguir la atención de las chicas más guapas y agraciadas del grupo, pandi, urba, barrio o “pub nocturno”.Tras pasar los años queremos vivir y sentir la misma excitación que en la adolescencia o la temprana juventud.
¿Crees que el amor existe? Es más… ¿Crees en el amor?
Por fin hemos llegado a esas preguntas que en principio al leerlas parecen no tener sentido (HECHO A PROPOSITO NATURALMENTE) y que la contestación de una positivamente, lleva a la conclusión de que la otra es un absurdo. Por eso me he reservado para el final mi opinión y con la esperanza de sin daros cuenta, se han ido resolviendo en vuestro interior capítulo a capítulo. Pero como hay que mojarse siempre, es el momento de que opine e intente racionalizar a mi manera las contestaciones que os voy a dar. No dudo que es el momento de que si se ha reflexionado un pelín durante la lectura de este humilde intento de expresión, habrá variedad de opiniones. Pero estoy casi convencido que quizás el recuerdo de algunas cosas que habéis leído y vivido, puedan llevaros a la misma conclusión que yo en este momento o quizás más adelante, cuando llegue el momento, quitar importancia a ambas preguntas… y llegará. Durante estos años he podido corroborar que la memoria es muy selectiva y caprichosa. Puedes tener una memoria estupenda para hechos relacionados con el trabajo, la familia y los amigos.
Pero después de tratar a mis grandes desconocidas y muchas ya amigas en mi corazón, solteras, separadas recientemente en su momento, otras ya con varios años a sus espaldas, con ansiedad, con depresión, decepcionadas con la marcha de su vida, con el sueño de un futuro especial y presuntamente con una claridad infinita, en definitiva con el paso de estos años han tenido pareja o parejas. De nuevo se han mentido a ellas pensando que de nuevo por un presunto o verdadero amor todo se puede cambiar, incluso a los desequilibrados emocionales que no saben del verdadero sentimiento y concepto de las palabras cambio y respeto. La verdad es que la mayoría ha sido un desastre.
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Hola. Para eso están estos blogs. En este espacio puedes aportar tus experiencias y siempre serán comentadas. Puedes decir ¡ No me ha pasado a mí¡ o no comparto las conclusiones de 6 años de trabajo. Pero cada respuesta no es para mí. Todo lo escrito son emociones iguales y que han sufrido o pasado por un número importante de personas. Despues de 3 años me llegan mensajes de quienes negaban o no creían ese mal uso de la inteligencia emocional y me vuelven a escribir años después dada la situación actual, donde sufren esas emociones o conocen a alguien que las sufre. Gracias por tu comentario.