¡Hola a tod@s¡… Cuántas veces lo hemos estado leyendo día a día y durante años. Lo hemos leído en nuestros correos electrónicos, foros de Internet y en los anuncios de nuestros perfiles en páginas de búsqueda de amistad o pareja.
El conocimiento de “seres humanas” por medio de estos portales y fuera de ellos es la zona cero de todo lo que necesito expresar y compartir. Luisa mi amiga y madrina literaria me dio dos consejos para empezar este humilde trabajo.
Primero: “No te preocupes por la sutileza, las mujeres sabemos de sobra que los hombres carecéis de ella”. Naturalmente en ese momento se me quedó cara de sapo, pero en definitiva, y reflexionando mis enormes limitaciones literarias y mis defectos, entendí que lo que quería expresar no podía hacerlo como un escritor o literato. No lo soy y es difícil llegar a serlo, sino como ser humano con sentimientos y muchas empatías. Por lo menos ella sí tuvo la sutileza en aquel momento de decirme que sabía de la enorme sensibilidad que poseía. Esto me hizo vislumbrar un rayo de luz en el universo, acariciaba la esperanza de que hay muchas mujeres que asombrarían al saber que los hombres podemos tener también altibajos en autoestima.
Segundo: “Lo que escribas lo volverás a rescribir cientos de veces porque siempre encontrarás una forma mejor de expresarte, con lo cual no te desanimes aunque estés harto del libro, déjalo aparcado y retómalo cuando la ilusión y las ganas vuelvan a ti”. Bueno… como buen sapo y con el permiso recibido para esa falta de sutileza innata en los hombres, me he puesto a rescribir muchas de las sensaciones que en principio no llegaban a expresar con claridad lo que yo deseaba decir. Espero no ser muy crudo con la expresión de mis sensaciones y sentimientos, de todas formas ya sabéis… Solo es la visión de un hombre, pero sobre todo de un ser humano.
En principio quiero escribir para no olvidar esta parte de mi nueva vida. Tras cuarenta años de deambular por las arenas de la hipocresía, prepotencia y capullez, pude abrir mis ojos ante tantas y tantos maravillosos hechos, que han pasado por delante de mí y que no he sentido ni escuchado. Lo escribo en homenaje a una mujer excepcional y maravillosa, que como su propio nombre indica me iluminó y abrió mi corazón al sentimiento, a la reflexión y a la sinceridad, pero sobre todo a lo más importante para entender a otro ser humano, saber escuchar.
COMIENZO DE LA PRESENTACION DEL LIBRO….
… Y UNA SORPRESA